Desarrollo empresarial

Como propietari@ de un pequeño negocio, eres responsable de definir el desarrollo empresarial de tu negocio si no quieres estancarte y quedarte atrás.

Adquiriendo y fortaleciendo habilidades directivas que favorezcan el manejo eficiente de tus recursos y ayuden al crecimiento futuro de tu negocio.

El desarrollo empresarial necesita superar la costumbre, la rutina, necesita plantearse que todo es siempre susceptible de mejora.

Puedes pensar que el concepto de desarrollo empresarial no va contigo, que es algo propio de las grandes empresas, que cuesta mucho dinero o que no tienes tiempo de hacer otra cosa que no sea vender, para aguantar con tu negocio abierto.

Pero siempre hay una vocecita en nuestro interior que nos dice que necesitamos ordenar nuestras ideas, definir una mejor gestión del negocio y planificar nuestras acciones de forma más efectiva.

En muchas ocasiones la urgencia por hacer viable el negocio nos empuja a la caza de nuevas formas de actuar.

Otras veces lo que se busca es una mejor calidad de vida, frente a una situación de saturación total.

Tal vez, la incorporación de nuevas generaciones en la empresa familiar nos empuje a encontrar nuevas formas de hacer las cosas.

En todo caso, un negocio sólido no se caracteriza por su tamaño sino por el nivel de profesionalización del empresari@ que lo dirige.

En un mercado tan agitado como el actual, con una competencia tan feroz, nuevas tecnologías y un nuevo consumidor que evoluciona a la velocidad de la luz, es necesario profesionalizar la gestión del negocio, por muy pequeño que sea, si quieres ser competitivo.

Es necesario hacer cosas nuevas, distintas y comprometidas con mejorar de forma continua.

Entender que si queremos mejores resultados, no podemos seguir haciendo lo mismo de siempre.

No vamos a conseguirlo en una semana ni en dos, pero podemos empezar dando pequeños pasos, elaborando un pequeño plan y comprometiéndonos a ejecutarlo.

Los cambios hacia la profesionalización se generan poco a poco.

Y no surgen de forma esporádica, sino que empezamos notando que nos falta algo, que necesitamos organizarnos mejor si queremos asegurar un futuro estable.

Se trata de un proceso de transformación gradual que, bien orientado y ejecutado, conducirá al negocio a ser más competitivo y sostenible.

Profesionalizar la gestión del negocio supone pasar de la subjetividad a la objetividad, al manejar cierta información para tomar decisiones.

Una de las grandes debilidades de los pequeños negocios es contar con un modelo equivocado de gestión de recursos y el desconocimiento a la hora de desarrollar estrategias competitivas.

 

Ser empresari@ es un trabajo en sí mismo, que exige contar con una serie de conocimientos y herramientas precisas que nos ayuden a tomar buenas decisiones.

 

Son muchos los empresari@s que conocen muy bien el producto o servicio que comercializan pero que fallan en la gestión y dirección de su negocio, lo que les impide un desarrollo empresarial adecuado para poder crecer.

Es la pescadilla que se muerde la cola, al no gestionar adecuadamente su negocio no pueden liberarse de las labores operativas que consumen todo su tiempo, de forma que no pueden dedicar tiempo y energía a su función principal.

Hay que parar esta rueda y hacer el esfuerzo necesario para reconocer nuestras debilidades y trabajar sobre ellas.

El futuro de nuestra empresa depende de nuestra capacidad como empresari@s.

Conocer los procesos de gestión adecuados para tu negocio supone desarrollar al máximo el potencial de tu empresa y tus ventajas competitivas.

De modo que, la profesionalización de tu organización es la herramienta más adecuada para obtener mejores resultados.

Esta profesionalización supone implementar metodologías de trabajo que te permitan estructurar estrategias coherentes con tus objetivos.

Vamos a ver cómo hacerlo y ya sabes que tienes a tu disposición nuestro Test de Evaluación Minorista gratuito, que te ayudará a reconocer las áreas de mejora de tu negocio y dónde debes enfocarte para acercarte más rápido a tus objetivos.

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Qué es el Desarrollo Empresarial

El desarrollo empresarial es un proceso mediante el cual el empresari@ y su equipo, adquieren o fortalecen habilidades y destrezas que favorecen la gestión eficiente de su negocio, impulsando un crecimiento que pueda perdurar en el tiempo.

La empresa desde su nacimiento pasa por una serie de etapas hasta alcanzar la madurez.

El mayor obstáculo, hoy en día,  para los propietari@s de pequeños negocios es adaptar sus estilos de gestión a las exigencias de un mercado tremendamente competitivo, para garantizar, no solo la supervivencia del negocio sino su viabilidad futura.

 

Para que un pequeño negocio pueda permanecer en el mercado es necesario pasar de los métodos instintivos de gestión a un manejo más profesionalizado del negocio.

 

El grado de exigencia del mercado actual exige un criterio de administración empresarial basado en la planificación y el control, a través de la aplicación de métodos de gestión estratégica.

Etapas del Desarrollo Empresarial

Podemos considerar tres amplias etapas en la evolución de un negocio.

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Etapa 1: El desarrollo empresarial orientado al producto o servicio

 

Piensa en tu caso concreto… ¿Cómo empezaste en esto?

Puede que hayas tenido una idea o detectado una necesidad en el mercado.

Puede que cuentes con ciertas habilidades o conocimientos que te permitan satisfacer una necesidad concreta.

Tal vez, tu negocio haya surgido del desarrollo natural de una de tus pasiones o hobbys.

El caso es que, buscas capital y empiezas a comercializar un producto o servicio.

La estructura de tu negocio es simple.

En esta etapa te sientes entre confus@ y eufóric@.

Toda tu energía creativa se enfoca en construir y moldear una empresa de la nada.

Trabajas incansablemente por la supervivencia, como tu mayor objetivo a corto plazo, de hecho es lo que más te preocupa y donde se centran todos tus miedos.

La planificación está más en tu cabeza que en ningún otro sitio, todo depende de ti y haces de todo un poco.

Tomas decisiones según van surgiendo distintas circunstancias y te basas más en la improvisación que en las repercusiones sobre el futuro.

Pero, en medio de todo este caos tu entusiasmo te hace continuar.

Bien porque estás sol@ o porque el miedo al fracaso no te permite otra cosa, intentas controlar todas las áreas de tu negocio.

Hay mucho en juego, tu estabilidad económica y la de tu familia… Tu futuro.

Pero no puedes sostener esta situación mucho tiempo; tus relaciones, tu moral e incluso tu salud se resienten.

Necesitas resultados lo antes posible y trabajas incansablemente para conseguirlos.

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Etapa 2: El desarrollo empresarial orientado al proceso

 

Una vez que logras cierta estabilidad comercial y económica, ves que los clientes empiezan a aumentar, has conseguido una base sólida de clientes fijos, las relaciones con tus proveedores están consolidadas y las ganancias son más estables.

Empiezas a delegar algunas tareas, introduces algunos controles y métodos de organización para llevar a cabo los procesos básicos del desarrollo de tu actividad.

Sin embargo, todavía no has empezado a planificar estratégicamente el largo plazo.

El negocio va bien pero no puedes estancarte, la competencia, desde luego, no lo hace…

Necesitas decidir si la empresa se organizará con vistas al desarrollo empresarial, sentando las bases para entrar en la tercera fase, o si no tendrás en cuenta la necesidad de cambio, arriesgando todo por lo que has trabajado.

Son muchos los pequeños negocios que se han quedado anclados en esta fase, en la que en época de bonanza se puede permanecer aprovechando la inercia, pero que el nuevo escenario comercial va expulsando del mercado.

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Etapa 3: Desarrollo Empresarial orientado a la Planificación

 

Comienza a tomar forma una cultura empresarial con bases sólidas y duraderas.

Esto no quiere decir que se hayan acabado los problemas, sino que la forma de afrontarlos tendrá mayores garantías de éxito.

El propietari@ descubre que la dirección de la empresa llega de forma natural y no depende tanto de los acontecimientos externos.

El foco se pone en el máximo rendimiento del negocio, en alcanzar otros niveles de crecimiento y una rentabilidad a largo plazo.

La intuición que contribuyó a la pervivencia del negocio en la primera etapa sigue ahí, pero se ha logrado una metodología que ayuda a canalizar e intensificar esas energías.

Al delegar ciertas responsabilidades te sientes más libre para concentrarte en el liderazgo y la gestión empresarial.

Comienza a desarrollarse una cultura definida sobre las bases de decisiones planificadas estratégicamente, estableciendo objetivos y distribuyendo los recursos necesarios para alcanzar las metas.

 

El mayor capital con el que cuenta el dueñ@ de un negocio es su tiempo.

 

Todo el tiempo que no puedas destinar a tu principal función, la dirección y organización competente y comprometida de tu negocio, se lo estás quitando al crecimiento y viabilidad de tu empresa.

Es el momento de decidir entre una mera gestión empresarial y una gestión profesional de tu negocio.

Llega el momento de pasar de un negocio basado en tu experiencia y conocimiento en determinadas tareas, a identificar necesidades y oportunidades de crecimiento.

De un estilo de liderazgo basado, en unos casos, en órdenes y en otros en inacción, a un estilo basado en la participación y la comunicación.

De pasar de una estructura informal a una planificación sistemática.

A un sistema de control basado en cálculo y evaluación.

Un empresari@ es una persona creativa, con energía e iniciativa personal para construir una empresa.

Con la pasión, el compromiso y la motivación suficiente para dirigir una empresa y avanzar en su crecimiento, en su gestión y en su profesionalización.

 

Un empresiri@ no busca el autoempleo sino la libertad.

 

Si todavía no tienes muy claro el grado de madurez de tu negocio puedes recurrir al Diagnóstico Empresarial.

Diagnóstico Empresarial

Cuando queremos conocer la situación actual de una empresa y cuáles son los principales obstáculos que impiden su supervivencia, crecimiento o desarrollo, el diagnóstico empresarial es una herramienta muy útil y eficaz.

Gracias a este tipo de diagnóstico se pueden detectar las raíces de los problemas de un negocio para enfocar todos los esfuerzos en solucionarlos.

Este trabajo puede encargarse a consultores externos pero también se puede desarrollar un autodiagnóstico empresarial por los propios responsables del negocio.

Podemos clasificar los diagnósticos empresariales en dos categorías:

Los Integrales, que estudian una amplia variedad de aspectos empresariales, un ejemplo de este tipo puede ser el análisis DAFO.

Los Específicos, que se fijan en determinadas áreas más concretas, pueden ser financieros, de gestión, de procesos, del mercado o de los consumidores.

Este diagnóstico es una herramienta ágil y rápida para conocer la etapa en que se encuentra tu negocio, evaluando la propuesta de valor, la segmentación de clientes, los canales de relación con ellos, las actividades, recursos y aliados claves, los ingresos y los costos.

¿Cómo se logra un diagnóstico empresarial eficaz?

Pautas para un Diagnóstico Empresarial eficaz

Este diagnóstico permite conocer el grado de desarrollo empresarial o madurez de tu negocio, evaluando los aspectos más importantes como la gerencia estratégica, la gestión comercial, financiera, operaciones y procesos, innovación, TICs, gestión humana.

Cualquiera que sea el enfoque elegido podemos dividirlo en cuatro pasos básicos:

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Evaluación.

Establecemos un parámetro que nos permita evaluar la situación actual, centrándonos en los puntos sobre los que queremos realizar el diagnóstico; clientes, finanzas, procesos…

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Visión detallada.

Se trata de obtener una visión detallada y objetiva de la situación actual del negocio.

Recoger toda la información posible acerca de lo que queremos estudiar, podemos utilizar distintos recursos, desde datos hasta imágenes, entrevistas, opiniones…

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Calcular.

Basándonos en la información estudiada tenemos que establecer el grado de alcance en función del parámetro establecido.

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Conclusiones.

Es el momento de conocer los motivos que nos impiden alcanzar los parámetros de referencia establecidos.

Conociendo los problemas es mucho más fácil encontrar las soluciones.

Es importante tener en cuenta que una visión global del negocio incluye, al menos, cuatro perspectivas integradas:

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La financiera, los números referidos a la inversión, financiación, resultados.

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Los aspectos relacionados con los clientes.

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La perspectiva de los procesos internos, la eficiencia de cómo hacemos las cosas.

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Las capacidades del personal y de nosotros mismos, evaluando lo que tenemos y lo que necesitamos.

Profesionalización en la administración de empresas

El proceso de profesionalizar una pequeña empresa requiere convicción y método.

Es decir, el responsable del negocio tiene que estar convencido de la necesidad de profesionalizarse para alcanzar sus objetivos.

Y además, necesita encontrar el método para hacerlo, un enfoque más estratégico y estructurado es precisamente el que permite a las empresas superar las coyunturas difíciles y a la vez estar mejor preparadas para rentabilizar las fases favorables.

Para alcanzar la tercera etapa de desarrollo empresarial de la que hablábamos, la orientada a la planificación, es necesario profesionalizar la empresa mediante una administración estratégica del negocio.

Analizando los principales componentes del negocio; capital, marketing, recursos humanos, estructura… Para elaborar planes que nos acerquen a nuestros fines mediante la integración de todas las partes del negocio de una forma coherente y manejable, orientando todos los esfuerzos en la misma dirección.

Es la forma de crear una ventaja competitiva.

Por tanto, la profesionalización de una pequeña empresa pasa por elaborar un plan estratégico, implementarlo y establecer un sistema de control en la aplicación del plan.

¿Qué se requiere para profesionalizar una micropyme?

Un negocio pequeño está profesionalizado cuando posee un proceso interno que le permite adoptar y adaptar permanentemente un plan sustentable en el tiempo y además, no todo depende de su propietari@.

¿Cómo se profesionaliza un pequeño negocio?

Se debe establecer un punto de partida, un destino y el recorrido necesario para alcanzarlo.

Esto supone que en una primera fase diseñamos la arquitectura de la empresa y en una segunda fase la construimos.

Durante el proceso de construcción vamos a encontrarnos en las operaciones diarias con manifestaciones del viejo modelo hasta que sea completamente sustituido por el nuevo.

Por tanto, necesitamos llevar a cabo un proceso de gestión del cambio, tanto en nuestra mentalidad como en la de nuestro equipo.

¿Qué pasos se requieren para profesionalizar nuestra gestión?

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Tener claras las áreas donde queremos mejorar.

Generalmente los temas que no manejamos muy bien o de los que no podemos hacernos cargo.

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Organizar los recursos necesarios para profesionalizar esas áreas, bien formándonos, capacitando a nuestro personal o acudiendo a contrataciones externas.

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Debemos contar con los instrumentos adecuados para implementar buenas prácticas, por tanto, es necesario asignar los recursos necesarios y contar con que podemos necesitar ciertas inversiones.

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Debemos impulsar una cultura profesional, donde se favorezca la racionalidad antes que el impulso, la planificación antes que la improvisación, el cumplimiento de objetivos y el crecimiento antes que la supervivencia.

La arbitrariedad en las decisiones debe dejar paso al conocimiento y la preparación.

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Ese proceso de cambio debe alimentarse para que se consolide y podamos entrar en una espiral de mejora, de lo contrario podemos quedarnos solo en el intento.

 

Uno de los grandes retos en la administración moderna de empresas es fomentar una mayor profesionalización, especialmente en los pequeños negocios que son mucho más vulnerables en el contexto actual del mercado.

 

La mayor causa de deceso empresarial radica en la inexistencia de procesos de planificación administrativa y financiera, lo que profundiza sus condiciones de crisis y poca competitividad.

Por tanto, es necesario iniciar programas de formación y capacitación empresarial para replantear los modelos tradicionales de gestión de los pequeños negocios, con el fin de sustituirlos por modelos de éxito e innovación empresarial capaces de garantizar su competitividad, sostenibilidad y permanencia en el mercado.

Obstáculos para la profesionalización

Para algunos empresari@s la profesionalización de sus empresas a través del uso de métodos estratégicos de gestión es un proceso intuitivo.

Instintivamente reconocen el límite donde los métodos de las primeras etapas, eficaces pero desordenados, ya no resultan efectivos.

Ahora necesitan integrar todas las partes de la empresa en una unidad coherente y manejable.

Pero esto no ocurre para la mayoría, que reconocen la necesidad de transición pero solo como una vaga idea de que algo anda mal y una sensación de se requiere un enfoque diferente, pero… ¿Cuál?

Muchas veces el gran obstáculo es el miedo al cambio, la falta de confianza en uno mismo para adquirir una serie de habilidades  directivas en las que no estamos entrenados pero que resultan esenciales para la gestión de un negocio.

Otras veces, el problema viene de las dificultades para delegar responsabilidades en el equipo, sin necesidad de estar presentes y pendientes de todo.

Tenemos miedo a perder el control, sin darnos cuenta de que podemos reemplazar los controles basados en los sentidos, (lo que vemos, tocamos u oímos), por procedimientos que requieren la implicación del equipo y que resultan mucho más motivadores y eficaces.

En otras ocasiones pensamos que profesionalizar nuestra gestión cuesta más porque lo vemos como un costo y no como una inversión.

Sin embargo, el éxito de un negocio se basa en el liderazgo y el talento del equipo.

No hay soluciones fáciles ni rápidas, es necesario disposición y compromiso para el cambio.

Profesionalizar la gestión en los pequeños negocios es esencial para su desarrollo empresarial y su futuro.

Además, esta profesionalización supone un mejor uso de tu tiempo, lo que repercute tanto en la empresa como en tu calidad de vida.

 

Manejar una empresa debe ser algo agradable, gratificante y creativo, si no lo vives así es que algo está fallando.

 

El antes y el después del gerente

Una vez que se consolida la profesionalización del negocio y se entra en un desarrollo empresarial basado en la planificación, se producen grandes cambios en el comportamiento de la gerencia que se manifiestan en el estilo de liderazgo y gestión.

Pasamos de tener el foco en los procesos operativos del negocio a centrarnos en la dirección de la empresa.

Delegando las decisiones operativas y centrándonos en las estratégicas.

Liderando un equipo donde cada uno es capaz de aportar lo mejor de sí mismo sin sentirse anulados.

En definitiva, el empresari@ es capaz de vivir su negocio.

El Plan Estratégico

El Plan estratégico es tu mapa, una hoja de ruta que te permite contestar a tres preguntas fundamentales.

¿Dónde estás? ¿Hacia dónde quieres ir? ¿Cómo llegarás allí?

Sé que puede parecer una tontería, algo demasiado simplista para resultar útil.

Pero ¿Te has planteado estas preguntas?

Los empresari@s que se dan tiempo para reflexionar sobre estos fundamentos acaban descubriendo una perspectiva nueva acerca de lo que están haciendo.

Para muchos la planificación resulta poco eficaz porque el futuro es impredecible, pero la planificación no intenta predecir el futuro sino que proporciona un punto de vista flexible acerca de los progresos del futuro, de forma que podamos estar preparados para afrontar la inexorabilidad del cambio.

Cuando la empresa supera las dos primeras fases de desarrollo empresarial, la gestión intuitiva debe dar paso a la basada en planificación y coordinación, mediante métodos de gestión estratégicos.

Reglas Generales

Según el prestigioso gurú de la mercadotecnia Al Ries, los pequeños negocios estadounidenses seguirán siendo pequeños por una cuestión psicológica.

Si piensas en tu negocio como un pequeño negocio te mantendrás siempre como un pequeño negocio, relativamente poco rentable.

Según el autor, existen dos reglas para las pequeñas empresas.

La primera es, si eres pequeño y quieres ser grande, piensa en grande.

Y la segunda es seguir las reglas del Marketing.

Si eres un pequeño negocio no llegarás a nada si no sigues las reglas fundamentales del marketing. Solo los grandes pueden violar estas reglas y seguir adelante.

Es cierto que pensamos en pequeño, nos cuesta imaginar nuestra marca al lado de las grandes y, tal vez, por eso invertimos poco en ella.

Justificamos nuestras carencias basándonos en nuestro tamaño pero nos cuesta invertir unas horas en definir nuestra estrategia.

 

Una cosa es reconocer que somos pequeños y otra conformarnos con serlo.

 

Grado de desarrollo empresarial en relación con el Marketing

Como hemos visto, el Marketing es esencial en un pequeño negocio.

Las técnicas que utilizas para aumentar la demanda de tus productos y servicios dentro del mercado determinan los beneficios que obtienes.

Ten en cuenta que:

 

  • El mercado cambia constantemente.
  • La gente olvida muy rápido.
  • La competencia no está dormida.
  • El Marketing le proporciona una posición a tu negocio.
  • Es imprescindible para sobrevivir y para crecer.
  • Incrementa la motivación interna en tu empresa.
  • Te ayuda a mantener a tus clientes.
  • Te da ventaja sobre la competencia que no lo utiliza.
  • Te permite seguir operando.
  • Todo empresari@ invierte dinero que no quiere perder.

 

Basándonos en estos principios…

¿Cómo crees que se encuentra el área de Marketing en tu negocio?

¿Está en pañales o ya es un jovencito lleno de vitalidad?

Según Kotler existen cinco etapas en la mercadotecnia:

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1ª Etapa:

Si sólo realizas una labor de comunicación sin que exista una planificación verdadera y profunda de cara al futuro, te encuentras en esta etapa.

Únicamente te estás centrando en la promoción que comunica las características de tus productos o servicios, esto puede favorecer que el cliente te conozca, te recuerde e incluso que reitere su compra, pero no será suficiente para obtener buenos resultados a largo plazo.

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2ª Etapa:

Aquí, además de la Promoción, estarías atendiendo también a otros factores como el Producto; resaltando los beneficios de tu oferta para diferenciarla en el mercado y lograr un posicionamiento de la marca.

El Precio; mediante la realización de cálculos donde se identifica la demanda del producto, los precios de la competencia, el poder adquisitivo del consumidor, las tendencias y los gustos.

Y, por último, la Distribución, estableciendo los puntos estratégicos donde se comercializa el producto, atendiendo tanto a los canales como a su disposición física.

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3ª Etapa:

Tu posición mejora y ya cuentas con una estrategia, concentrándote en el posicionamiento de marca, en el grupo objetivo al que te diriges y en la segmentación de tu mercado.

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4ª Etapa:

Vas más allá y no buscas sólo la venta sino el conocimiento pleno del cliente, recopilando datos para saber qué quiere, qué necesita y cuál es su estilo de vida.

U

5ª Etapa:

En este nivel la compañía pide la colaboración de los clientes para elaborar productos y servicios.

Si identificas la fase en la que se encuentra tu negocio, te resultará mucho más fácil definir las acciones que debes desarrollar para superar los problemas a los que ahora te enfrentas y hacer crecer tu negocio para pasar a la siguiente fase.

Si haces esto atendiendo a una estrategia global, el desarrollo empresarial de tu negocio se sostendrá en unos cimientos sólidos, que te colocarán en una posición mucho más cómoda a la hora de enfrentarte a los retos del futuro.