fracaso comercial

El fracaso comercial es un tema difícil de afrontar para la mayoría de empresas, sin embargo, ignorar las señales de alerta es una forma segura de acabar en el lado equivocado de las estadísticas de supervivencia empresarial.

Las cifras son alarmantes, el 80% de los pequeños negocios comerciales fracasan antes de los 5 años y el 90% lo hacen antes de los 10 años de vida.

No parece un escenario muy alentador para el emprendimiento pero lo cierto es que, aún así, hay empresas que triunfan, lo que nos hace seguir creyendo en las posibilidades de la pequeña empresa.

Un negocio propio puede dar la posibilidad de obtener ingresos de acuerdo a nuestras capacidades y esfuerzo, al menos en teoría.

Si se consigue crear un buen sistema de negocio, la recompensa será disfrutar de un mejor estilo de vida en todos los sentidos.

Además, un negocio propio nos da la oportunidad de desarrollar todo nuestro potencial al tener que enfrentarnos a los desafíos, fortaleciendo nuestros conocimientos y habilidades.

Este desarrollo personal y la libertad que puede proporcionar un negocio propio, genera una satisfacción que difícilmente se puede alcanzar de otro modo, lo cual lo hace tan tentador.

Pero para llegar a este objetivo hay mucho camino que recorrer…

Cuando se pregunta por las razones que han llevado a cerrar un negocio, generalmente nos encontramos con causas externas; la crisis, no hay dinero, falta de apoyo institucional, falta de financiación, trabas oficiales, demasiada carga impositiva…

Todo esto es cierto, pero a pesar de ello hay empresas que sobreviven, que crecen e incluso llegan a ser grandes empresas al cabo de unos años.

¿Qué hacen diferente?

Seguramente, tienen una forma distinta de enfrentarse a los retos.

Cuando un negocio quiebra el emprendedor no suele darse cuenta de lo que está sucediendo hasta que es demasiado tarde, algunos viven en la negación, mientras otros desconocen sus errores.

Lo que es seguro, es que la gerencia tiene una gran parte de responsabilidad en ello y es importante saber asumirla.

Que el éxito de un negocio dependa más del emprendedor que de las circunstancias externas es una gran noticia porque supone que tenemos cierto control sobre ello, podemos evitar errores o aprender de ellos.

No podemos controlar los factores macroeconómicos; ciclos económicos, recesiones, guerras, desastres naturales, deuda pública, inflación… Sin embargo, hay muchos ejemplos de empresas que han triunfado tras comenzar en malos momentos.

Emprender un negocio no es fácil, si lo fuese todo el mundo podría hacerlo, la vida del emprendedor es implacable, los desafíos constantes y los factores de los que depende la supervivencia del negocio son muy variados y cambiantes.

Dale a tu negocio una oportunidad conociendo las razones más comunes que llevan al fracaso comercial.

Contenidos de la página

Las principales razones por las que tu negocio podría fracasar

Emprender por las razones equivocadas.

 

¿Quieres ganar mucho dinero, crees que un negocio propio te va a facilitar más tiempo libre o que no tienes que darle cuentas a nadie?

Estos son algunos de los beneficios que puede aportar un negocio, siempre que resulte exitoso y generalmente, después de años de arduo trabajo.

Por tanto, pueden ser objetivos a largo plazo pero si son las únicas razones que te mueven para levantarte de la cama cada día, la terca realidad te hará abandonar más pronto que tarde.

Otros montan un negocio como solución de emergencia a la falta de trabajo, buscando un autoempleo, lo cual no supone ningún problema salvo que en realidad no te guste en absoluto todo lo que supone dirigir un negocio.

Las razones más sólidas para meterse en esto suponen el amor por lo que haces y la convicción informada de que tu producto o servicio va a satisfacer una necesidad real del mercado.

Si no gozas del empuje, la determinación, la paciencia y la actitud adecuada, abandonarás.

Si los problemas te derrotan y no eres capaz de aprender de los errores y construir sobre ellos, disfrutando del aprendizaje y de la superación, abandonarás.

Si no te divierte la responsabilidad que supone la independencia y eres hábil para tomar las riendas cuando se necesita una solución creativa o inteligente, abandonarás.

Si no posees la honestidad necesaria para ofrecer un servicio excelente a los demás y solo te importan las ganancias, te echarán del mercado.

Mala gestión.

 

Muchos informes sobre fracasos empresariales indican que la mala gestión es la principal razón del fracaso.

Muchos emprendedores carecen de la experiencia empresarial necesaria para gestionar el negocio en áreas como las finanzas, compras, ventas, liderazgo…

Si la gerencia no reconoce estas carencias y busca ayuda, se expone al fracaso comercial.

Un negocio, por pequeño que sea, se compone de muchas disciplinas necesarias para que funcione, está claro que no podemos ser buenos en todas ellas pero es necesario educarnos en las habilidades que nos faltan, contratar empleados que nos complementen o delegar ciertos trabajos a profesionales cualificados.

Gerenciar una empresa supone estudiar, organizar, planificar y controlar, regularmente, todas sus actividades y por mucho que lo urgente se coma todo nuestro tiempo, la planificación es fundamental para sacar el negocio adelante, de modo que hay que priorizarla.

Además, una gerencia exitosa supone ser un buen líder, crear un clima de trabajo que fomente la entrega y la productividad, motivar a los colaboradores y hacerles parte de tu proyecto.

Un buen líder también es experto en el pensamiento estratégico, es capaz de hacer realidad su visión y de enfrentarse al cambio.

De tomar las decisiones correctas la mayor parte del tiempo, para ello es necesario estudiar, aprender y mejorar.

Pégate a las necesidades del cliente, fíjate en lo que buscan, en lo que quieren, en lo que dicen… Escucha activamente y define qué vas a hacer para adaptarte a sus intereses.

Establece estándares y sistemas que te ayuden a hacer más con menos.

Es necesario mantener el enfoque del negocio para conservar la ventaja competitiva y realizar los ajustes necesarios cuando las circunstancias lo aconsejan.

El mal servicio al cliente y la incompetencia de los empleados hundirán rápidamente tu negocio, desarrolla sistemas y procesos sobre cómo se deben desarrollar las tareas, forma y motiva a tus empleados para que entiendan que el servicio al cliente es lo primero.

La capacidad de reconocer oportunidades y ser lo suficientemente flexible para adaptarse, es crucial para sobrevivir y prosperar.

La lealtad de los clientes no ocurre sola, hay que ganársela, mira a tu competencia y mantente un paso por delante, si no cuidas a tus clientes lo hará tu competencia.

Capital insuficiente.

 

Un error fatal y muy común es subestimar la cantidad de dinero necesaria para poner en marcha el negocio, lo que obligará a cerrar antes de tener la oportunidad de que el negocio funcione.

Una expectativa poco realista de los ingresos previstos o contar solo con lo necesario para comenzar, sin tener en cuenta los costos de permanecer en el negocio, puede dar al traste con una buena idea.

Es importante tener en cuenta que muchas empresas tardan uno o dos años en ponerse en marcha, esto significa que habrá que cubrir los costos hasta que las ventas, finalmente, despeguen.

Los ingresos no son lo mismo que los beneficios, es importante prestar atención a la rentabilidad, el beneficio permite el crecimiento.

Atiende a la gestión de inventario, muy poco dañará tus ventas, demasiado dañará tu rentabilidad.

La gestión financiera es imprescindible para tomar decisiones basadas en datos reales.

Los fondos comerciales no son para usos personales.

En muchos casos el fracaso comercial viene de endeudarse demasiado, por eso es necesario prestar atención a las finanzas y mantener un registro cuidadoso del dinero que sale y el que entra.

Muchos emprendedores consumen su capital inicial antes de que el flujo de caja sea positivo, esto sucede, a menudo, debido a conceptos erróneos sobre cómo funciona el negocio.

También hay que estar preparado para incrementos inesperados de costos en servicios, materiales o mano de obra, asegurándose de mantener suficiente efectivo de reserva.

Ubicación, ubicación, ubicación…

 

La ubicación es fundamental para el éxito de la empresa comercial.

Mientras que una buena ubicación es la tabla de salvación para que empresas con dificultades puedan sobrevivir, una mala ubicación puede significar un desastre incluso para una empresa bien gestionada.

Piensa en tus clientes, a quién te diriges y dónde se encuentran, el tráfico y la accesibilidad de tu ubicación, la ubicación de los competidores, las condiciones del edificio, la historia, el ambiente de la comunidad y la receptividad a un nuevo negocio.

Si tu negocio depende del tráfico peatonal, la ubicación es una necesidad estratégica.

Una ubicación deficiente puede hacer que los costos de adquisición de clientes sean demasiado elevados.

A veces, un contrato de alquiler barato nos hace elegir la ubicación incorrecta.

Falta de planificación.

 

Uno de los factores más determinantes del éxito comercial es una planificación metódica y cuidadosa.

Es fundamental contar con una planificación comercial que incluya la descripción del negocio, la visión, los objetivos y los factores claves de éxito, así como un plan de marketing y comunicación.

Establece metas y resultados realistas y fija plazos con fechas límite para la lista de tareas específicas.

Por otro lado, también es necesario desarrollar una estrategia para diferenciarse de la competencia aportando un valor único que te identifique.

Si no hay diferencias no podrás construir una marca que te conecte a tus clientes.

Crecimiento prematuro.

 

En muchas ocasiones se confunde el éxito con la rapidez con la que se puede expandir el negocio.

Un crecimiento lento y constante es lo más recomendable.

La expansión está justificada cuando se tiene una base sólida de clientes y un flujo de efectivo que apoye la expansión y, al mismo tiempo,  ya no se pueden atender de manera óptima los requerimientos de la demanda.

En este caso, tras un análisis cuidadoso se puede identificar lo que se necesita agregar para que el negocio crezca y contar con las personas adecuadas para apoyarnos.

Es fácil cometer el error de expandirse a nuevos mercados sin estar preparado, antes de hacerlo asegúrate de maximizar tu mercado actual.

El crecimiento es deseable pero la expansión excesiva puede ser un gran error, por eso es necesario establecer metas realistas y ampliar solo según lo dicten las necesidades.

Miedo a Internet.

 

Un negocio, hoy en día, necesita como mínimo un sitio web profesional y bien diseñado que permita a los usuarios saber qué ofrece tu negocio, los beneficios que aportas a tus clientes y las formas de contacto.

Además, debe figurar en Google My Business para que aparezca cuando los compradores busquen por ubicación.

También necesitas contar con perfiles sociales que te conecten con tus clientes.

Los clientes no pueden comprar en tu negocio si no saben que existe, no cuesta tanto anunciar y promocionar el negocio a través de marketing en línea, redes sociales, correo electrónico, búsqueda local, etc.

Las formas de evitar el fracaso comercial

Cultiva habilidades directivas

 

Si no cuentas con demasiada experiencia en la toma de decisiones, la supervisión de personal, la resolución de problemas o la visión para dirigir tu negocio, estas carencias afectarán a todos los aspectos de la empresa, desde la gestión hasta la moral de los empleados y el desarrollo del negocio estará condenado al fracaso comercial.

Ser conscientes de estas carencias es el paso más importante para mejorar, después, la forma de solucionarlo es aprender.

Haz todo lo que puedas para mejorar tus habilidades de liderazgo y el conocimiento de tu industria, busca información, lee, realiza cursos de capacitación, investiga…

Define la singularidad y el valor de tu negocio

 

Puedes tener un gran producto o servicio con una gran demanda, pero si tu enfoque es mediocre o careces de una propuesta de valor sólida, puedes sufrir el fracaso comercial.

Una gran demanda supone que, probablemente tengas una gran competencia, por lo que necesitas destacar.

¿Qué diferencia a tu negocio de la competencia? ¿Cuál es tu forma única de hacer negocios? ¿Qué hacen tus competidores mejor que tú?

Desarrolla un enfoque diferente, que nadie más esté utilizando, para presentarlo como una propuesta de valor sólida que atraiga la atención y el interés.

Así es como construyes una marca, la imagen que tus clientes reconocen y asocian con tu negocio.

La filosofía comercial que representa tu negocio debe ser respaldada por tu propuesta de valor.

Sepárate de lo convencional y presenta una nueva perspectiva a tus clientes para encontrar un hueco en el mercado.

Para difundir tu marca también necesitas un plan de marketing que te haga visible, si eres mejor que tus competidores pero nadie lo sabe, tu negocio no funcionará.

Usa las técnicas de marketing más efectivas para llegar a tus clientes potenciales y atraerles.

Usa las redes sociales, el boca a boca, el correo directo, optimiza tu presencia en línea para conectar con tus posibles clientes.

Conecta con las necesidades de tu cliente

 

Si te alejas de tu cliente, si no le escuchas, no le comprendes o no le prestas atención, el fracaso comercial está garantizado.

Tal vez les guste tu producto o servicio pero prefieran otra forma de ofrecérselo o te estás alejando de las tendencias.

¿Qué dicen? ¿Están disminuyendo tus compradores? ¿Siguen interesados?

Mantén tu atención en los valores de tus clientes actuales y potenciales, descubre sus intereses y mantente al tanto de los cambios y tendencias para adaptarte cuanto antes a ellas.

Construye un modelo comercial sólido.

 

El fracaso comercial puede darse también, si construyes un modelo comercial poco sólido, la idea de negocio puede ser válida pero si no la implementas correctamente a través de una planificación estratégica, puedes no obtener resultados.

Investiga la forma en que operan otras empresas del sector, desarrolla un plan que incluya marketing estratégico y soluciones de gestión para superar los obstáculos y actividades de la competencia.

Crea un cuadro de mando con tareas y objetivos específicos en fechas concretas.

Mide los resultados y saca conclusiones.

Gestiona tus finanzas.

 

Hay estudios que demuestran que el 40% de las pequeñas empresas obtienen ganancias, en el 30% se queda lo comido por lo servido y el 30% restante, pierde dinero.

Es importante controlar el dinero, saber de dónde viene, dónde se gasta y dónde se invierte.

Muchas veces se comienza un negocio con el sueño de ganar dinero pero no se tiene la habilidad o el interés suficiente para administrar el flujo de caja, impuestos, gastos, etc… Son temas poco atractivos que solemos dejar para el final de la lista de tareas.

Si no se tiene una reserva a la que recurrir en caso de crisis financiera, el fracaso comercial puede ser inevitable.

Utliza un software de contabilidad empresarial para registrar todas las transacciones, gastos e ingresos, utiliza esta información para saber dónde te encuentras en cada momento.

Independientemente de que tengas un gestor o de que la forma legal de tu negocio no requiera una contabilidad minuciosa, es importante estar al tanto de la gestión financiera de la empresa.

Cuidado con crecer demasiado rápido.

 

Otra trampa del fracaso comercial se produce cuando una empresa emergente empieza a funcionar bien o cuando la fe en el negocio es tan grande que se tira la casa por la ventana, demasiado personal, demasiado inventario…

 

En los negocios hacen falta más tortugas y menos tigres.

 

El crecimiento y la expansión del negocio requiere tanta planificación como la gestión estratégica.

Incluso las marcas consolidadas llevan a cabo una cuidadosa investigación y planificación antes de abrir una nueva ubicación, miden la demografía local y regional, las tendencias de gasto, los planes de futuro para el área y otros factores determinantes.

Llevan a cabo una investigación exhaustiva para garantizar que sea el momento adecuado.

Asegúrate de que el negocio inicial sea estable antes de abrir una ubicación adicional.

Gestionar un negocio es una tarea emocionante y también un desafío continuo.

 

Tanto si quieres comenzar un nuevo negocio como si ya está en marcha, es importante entender que tú eres el secreto de su éxito.

 

Para l@s propietari@s de negocios exitosos el fracaso nunca es una opción, su determinación y su mentalidad positiva hacen que cualquier revés suponga una oportunidad de aprender y crecer.

La mayoría de los millonarios hechos a sí mismos no son más inteligentes que el resto de personas, lo que los diferencia de los demás es estar abiertos al conocimiento y dispuestos a aprender lo que sea necesario para tener éxito.

Pocos lugares son menos permisivos que el mundo de los negocios, la mayoría fracasan pero también son muchos los que triunfan.

El éxito no es el resultado de ningún milagro sino de entender que se necesita una estrategia cuidadosamente planificada y ejecutada, que se inicia antes de comenzar y continúa durante toda la vida del negocio.