Todos somos clientes fuera de nuestro negocio y sabemos perfectamente:
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La satisfacción del cliente depende de tener en cuenta estos detalles
Una pelusa, un comentario desafortunado o una mancha en el uniforme, puede dar al traste con todos los grandes esfuerzos que podamos hacer para garantizar la calidad en el servicio al cliente.
¿No crees que dependemos demasiado de la opinión de nuestros clientes como para dejar estas cuestiones sin atención?
Se trata de pequeños detalles fáciles de eliminar o de corregir que tienen una gran importancia en el grado de satisfacción del cliente y, por tanto, en los resultados del negocio.
Basta con establecer unas normas básicas de comportamiento por las que todo el personal de la empresa debe regirse.
10 Mandamientos para elevar la satisfacción del cliente
Normalmente, sabemos cómo debemos comportarnos pero, a menudo, la rutina, el cansancio y los imprevistos pueden jugarnos malas pasadas.
Por otro lado, si cuentas con personal, evitarás que estas cuestiones queden abiertas a la libre interpretación de cada uno.
Pongamos un ejemplo de modelo de comportamiento para garantizar la satisfacción del cliente y no dejar nada al azar.
Mejor procurar la satisfacción del cliente en positivo
También podemos comentar al salir de un establecimiento la amabilidad con la que nos han tratado, el buen rato que hemos pasado, la entrega de quien nos ha atendido, lo rápido que han entendido lo que queríamos o lo bien que nos han hecho sentir…
Por eso, estos mandamientos de conducta son mucho más efectivos en positivo, nosotros nos sentiremos mucho más motivados para cumplirlos y nuestros clientes saldrán con una sonrisa.
De modo que, un código de conducta más motivador y eficaz para todos puede ser:
¿Qué más tener en cuenta para garantizar la satisfacción del cliente?
Pueden parecer muy obvias pero seguro que has vivido estas situaciones, de modo que está claro que no siempre se aplican.
Las grandes marcas las tienen muy presentes y adoctrinan constantemente a sus empleados para que se lleven a cabo.
Pero en una gran corporación resulta mucho más difícil coordinar a tantos empleados y, en muchas ocasiones, vemos fallos de este tipo.
Sin embargo, la gran ventaja de un pequeño negocio es que somos nosotros los que debemos predicar con el ejemplo y resultan mucho más fáciles de aplicar.
Además, estas reglas deben estar vivas.
Variarlas y modificarlas según surjan nuevas situaciones nos resultará más asequible que a una corporación con miles de trabajadores.
Asegúrate de que todo tu equipo las conoce, las tiene presentes y, además, participa en su elaboración para adaptarlas a la realidad del negocio, así se darán cuenta de su importancia y no lo verán como un capricho del dueñ@.
No des por hecho que el comportamiento de los demás va a estar sujeto a tus criterios, evitar la libre interpretación de cosas tan básicas nos ahorra disgustos.
Lo mismo ocurre con los clientes, no a todos les va a molestar que masques chicle pero seguro que a ninguno le molesta que no lo hagas.
Y lo más importante, todas estas normas forman parte del Branding de tu empresa, es decir, de su identidad, de la personalidad que quieres transmitir a tus clientes.
De modo que, debes adaptarlas a la filosofía de tu negocio y al tipo de cliente al que te diriges.
Tal vez, a tu tipo de cliente le divierta que cuentes chistes o que los recibas bailando encima del mostrador…
Investiga a tu cliente, experimenta y haz que se vayan con una sonrisa.
¿Qué mandamientos crees que mejorarían la satisfacción del cliente en tu negocio? ¿Qué reglas de conducta resultan innegociables para ti? ¿Cómo te aseguras de que siempre se cumplan?